CONFERENCIA SOBRE EL ARZOBISPO VALDÉS

José Ignacio Gracia Noriega, autor del libro “Fernando de Valdés: la Mitra, la Universidad y la Hoguera”, nos dio, en esta conferencia, los datos y buenos argumentos con los que hemos podido comprender y calificar la vida y obras de este sobresaliente y discutido salense.

En resumen, lo tratado fue lo siguiente:

EL ARZOBISPO FERNANDO DE VALDÉS: LA MITRA, LA UNIVERSIDAD Y LA HOGUERA
Don Fernando de Valdés nació en la villa de Salas, en la llamada casa de Salas, que pertenecía a sus padres. La fecha de su nacimiento parece haber sido hacia 1483, casualmente el mismo año en que nació Lutero, aunque, según José Luis González Novalín, el autor de la biografía mejor y más completa del arzobispo, “no hemos visto ningún papel del tiempo que indique la fecha exacta del nacimiento de Valdes”.

Fue uno de los personajes más destacados de su tiempo; un tiempo, el siglo XVI, de eclesiásticos que regían las más altas instituciones del Estado. Hombre de actividad multifacética, fue testigo y actor principal del reinado de Carlos V, llegando a ser regente del reino en su ausencia. Ningún otro eclesiástico asturiano, salvo los cardenales Cienfuegos e Inguanzo, llegó a tener su significación política e histórica, pese a que Valdés no pudo conseguir el capelo cardenalicio que sí persiguió. Por supuesto que ha sido el salense más ilustre, aun cuando los ha habido y los hay muy destacados.

Numerosos historiadores estiman que el haber estado vinculado a la Inquisición, de la que llego a ser inquisidor general, es un borrón en su biografía, y otros y los mismos consideran paradójico que quien ordenó el Índice de libros prohibidos y mandó quemar mucha letra impresa haya sido, a la vez, el fundador de la Universidad de Oviedo. No cabe duda, en cualquier caso, de que Valdés, al rechazar el influjo luterano, estaba defendiendo y preservando otro tipo de cultura.

Su biógrafo, González Novalín, en un artículo titulado “Don Fernando de Valdés, arzobispo inquisidor”, señala que nos encontramos ante quien “pasó por los principales cargos de la iglesia y corte, moviendo -abierta y ocultamente- casi todos los negocios del siglo XVI”; por tanto, no procede reducir a Fernando de Valdés al cargo de inquisidor general.